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Un paseo por las calles de Sant Mateu

Desde la Edad Media hasta ahora

Un paseo por las calles de Sant Mateu

Vayas donde vayas por las calles de Sant Mateu encontrarás edificios históricos que te llevarán a tiempos pasados. La organización del propio pueblo denota la importancia que tuvo Sant Mateu desde la Edad Media hasta ahora.
Vale la pena pasar un día dando un paseo. Fue, y es todavía, uno de los centros neurálgicos de todo el Maestrat. Lo podrás comprobar en cualquiera de las fiestas y celebraciones que se hacen a lo largo del año.

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Se conserva en el interior de la Oficina de Turismo

El horno medieval

Una buena forma de empezar la visita a Sant Mateu es visitar el horno medieval, que se conserva en el interior de la Oficina de Turismo. Era uno de los dos hornos históricos del pueblo, y lo encontrarás en un edificio de una planta, bajo unos enormes arcos que enmarcan la sala.
El horno medieval, del que se tiene noticia desde 1386, está en la calle Historiador Betí, que lleva a la plaza Major. Ya que visitas la Oficina de Turismo, no dejes de adquirir los productos típicos del Maestrat y de Sant Mateu.

Recibe el nombre de la última familia que lo habitó

El palacio Borrull

A pocos pasos del horno medieval se encuentra el palacio Borrull, del siglo xv, que recibe el nombre de la última familia que lo habitó. Después, sería la sede de la Audiencia criminal, una especie de juzgados que convirtieron Sant Mateu en cabeza de partido en el siglo XIX.
El interior del edificio ha sufrido muchas remodelaciones a lo largo de los siglos para adaptarse a sus necesidades. Al entrar, pasa hasta el fondo, y verás los gigantes de Sant Mateu, Mateu y Àngels, que salen por fiestas junto con los cabezudos. Y si subes las escaleras, en primavera, oirás los pájaros que han anidado en el tejado.

El único vestigio de la judería

Callejón de los Judíos

Entre el palacio Borrull y el de la Cort Nova se encuentra el callejón de los Judíos. Es el único vestigio de la judería, el barrio donde los judíos debían vivir obligatoriamente, que hubo en Sant Mateu durante el siglo XIV.
Los palacios solían estar separados por calles estrechas durante la época gótica. Así se favorecía la entrada de luz y la ventilación en los edificios nobles. En este caso, el callejón de los Judíos servía para acceder al aljama o judería, que se encontraba en lo alto del pueblo, la parte más antigua. Tiene una verja, al igual que en la Edad Media, cuando el barrio cerraba las puertas para no sufrir ataques.

 

Ejemplo relevante del gótico civil valenciano

El Palacio de la Cort Nova

Junto a la plaza Major encontrarás la sede del Ayuntamiento, que lo es desde el siglo xv. Se trata del impresionante palacio de la Cort Nova, ejemplo relevante del gótico civil valenciano junto al palacio Borrull. La Corte Vieja, en la calle de la Cort, que fue la casa consistorial en los dos siglos anteriores, después acogió las mazmorras.
Destacan, en la fachada, las cuatro ventanas con maineles, las pequeñas columnas que las dividen, y los tres lóbulos superiores en cada ventana. El edificio ha sufrido muchas transformaciones tanto en el interior como en el exterior. La finura de las piedras labradas de la fachada, los sillares, te harán entender lo importante que era Sant Mateu en su época de esplendor.

El centro vital de Sant Mateu

La Plaza Major

La plaza Major se transforma toda en una plaza de toros o se llena de «balladors» durante las fiestas, y se reúne todo el mundo en los grandes eventos. Es el centro vital del pueblo.
Las casas que rodean la plaza se soportan con antiguas columnas gruesas de piedra, un buen lugar en el que resguardarse del calor del verano. Un consejo: toma el vermut, al sol o a la sombra, junto a los porches de todo el contorno.

Vermut en la plaza Major

Una fuente del siglo xiv

La fuente del Ángel

En la plaza Major, junto a las calles de la Cort y de Morella, se encuentra la fuente del Ángel. Al igual que la plaza que la acoge, se tiene noticia de la fuente desde el último tercio del siglo xiv. Sin embargo, el aspecto actual es el resultado de las modificaciones que sufrió hasta el siglo xvii. Los cuatro caños metálicos que arrojan agua continuamente tienen cabezas de animal. A ver si te atreves a adivinar qué son.

El ángel de bronce.

El ángel de bronce que corona la fuente del Ángel es una reproducción de la figura que hizo Modest Pastor, escultor valenciano del siglo xix. El original se guarda en el palacio Borrull, en la Colección Museográfica de Historia Local. De todos modos, se sabe que en el siglo xviii ya había un ángel sobre la fuente, de ahí su nombre.

Una iglesia testigo de todos los tiempos

La iglesia Arciprestal

Si deseas realizar un viaje por el tiempo, observa los vestigios de la primitiva iglesia de Sant Mateu, que se levantó en el siglo xiii, en sus piedras. La iglesia Arciprestal ha sido testigo de los distintos estilos arquitectónicos. Del románico encontramos la portada y los capiteles vegetales. Del gótico valenciano, la nave, el ábside y el campanario, entre otros, que convirtieron la iglesia en más monumental al aumentar la importancia de Sant Mateu.
A la vez que creció el número de habitantes, que alcanzó unos 4.500 en 1373, fue necesario ampliar la iglesia. La iglesia se hacía más alta y mayor, y una vez construido el nuevo tramo, se derribaba el antiguo.

 

Separado de la iglesia

El campanario octogonal

No es raro encontrar el campanario separado de la iglesia en algunos pueblos del Maestrat. Éste, octogonal, es del siglo xv y tiene 32 metros de altura y también 32 metros de contorno.
Al ser una torre de defensa y refugio, sólo se podía entrar por una pasarela elevada que iba a parar a la Casa de la Abadía. Este puente alzado estaba a 4 metros del suelo, y ahora se sube por una escalera exterior de hierro.

 

El antiguo cementerio

El Calvario

En muchos pueblos del Maestrat se conserva todavía el Calvario cerca de los edificios religiosos más importantes. Se trata del antiguo cementerio, el foso, que entonces se encontraba dentro de las murallas. El de Sant Mateu también tenía una cruz de término, cuyo original se encuentra en el museo del palacio Borrull.
Desde la explanada que ahora se extiende sobria, puedes observar los contrafuertes del ábside de la iglesia. También la cúpula acabada con tejas brillantes de la capilla de Sant Climent. Una auténtica lección de historia.

El foso dentro de las murallas,

 

Se hizo para defender la villa

La muralla

Lo primero que se ve cuando se llega a Sant Mateu desde Xert es el resto de la muralla. En realidad, se trata de la segunda que se hizo para defender la villa. La primera rodeaba el pueblo viejo, en torno a la iglesia de Sant Pere.
El tramo que se puede visitar tiene 260 metros, unos 6 metros de altura, y el foso defensivo sigue el curso del río Palau. Es de finales del siglo xiv, había llegado a tener 1.600 metros de perímetro y 8 portales que daban paso a Sant Mateu. Se pueden encontrar vestigios en las paredes de algunas casas y en la torre Cantacorbs y en el antiguo portal de Morella.

Una torre cuadrada con una linterna octogonal

El Campanario de les Llàstimes 

Es una torre cuadrada con una linterna octogonal en la cima que se ve en las afueras de Sant Mateu. Parece que forme parte de una masía, pero en realidad era parte del desaparecido convento de Sant Domènec. Los dominicos que lo habitaban también disfrutaban de un claustro y una iglesia. La esbeltez del campanario se debe a que es una construcción del siglo XVIII, aunque el convento se fundó casi tres siglos antes.

En la plaza de la Virgen de la Font

Fuente de la Mare de Déu y abrevadero

En la plaza de la Virgen de la Font encontrarás, en un lado del cruce de calles, el conjunto formado por la fuente de la Virgen y un abrevadero alargado. Se sabe que en el siglo xiv había una fuente a la que nombraban Santa María de Montesa, pero la actual es de cuatrocientos años después. Toda de piedra, incluida la imagen de la Virgen con el niño Jesús, tiene una base hexagonal rodeada por seis columnas de orden toscano. Al igual que la fuente del Ángel, el agua sale por el morro de cuatro cabezas de animal de bronce.

Un edificio de la época medieval y renacentista

Palacio del Marqués de Villores

Este espectacular edificio de la calle Valencia recibe el nombre de su propietario más ilustre, el marqués de Villores. Sin embargo, la casa se había construido siglos antes. Este espacio había sido la residencia de la familia Comí, grandes mercaderes de la época medieval.
Durante el siglo xvi se reformó según la moda renacentista, y podemos ver en la fachada, la singular y decorativa garita de defensa. Sobre la puerta destaca el escudo heráldico; en las ventanas, además, podrás fijarte en los detalles, adornos vegetales y animales.

Fue la casa más codiciada de todo el Maestrat.

Al ser la casa más ilustre de todo el Maestrat, pernoctaron personajes tan distinguidos como el rey Felipe IV y parte de su familia en 1632. El marqués de Villores habitó el palacio durante el siglo XVII y, posteriormente, el palacio seguiría siendo un espacio codiciado.
Actualmente se utiliza como Centro Rural de Congresos porque cuenta con varias salas polivalentes equipadas convenientemente. Se ha conservado la gran chimenea que hacía de cocina, en el primer piso, y la estructura y los arcos góticos de la planta baja.

 

El monasterio de Santa Ana: la iglesia y el convento

La iglesia, el convento y el horno de las monjas agustinas

Más allá del palacio del Marqués de Villores encontrarás la plaza de las Monges. Allí se reúne el convento de las monjas agustinas contemplativas, el monasterio de Santa Ana, con su iglesia. Se fundó en 1590 en el antiguo hospital de los pobres, y las monjas agustinas todavía residen en él. Son una quincena.
La iglesia no es la primitiva, sino que en el inicio del siglo xviii se construyó una nueva. Si levantas la cabeza, verás las dos torres gemelas cuadradas que alojan las campanas. Más abajo, las ventanas con rejas denotan el aislamiento del convento contemplativo. Y si te fijas, el detalle de la cerradura de la puerta te sorprenderá.
De los tres conventos que tuvo Sant Mateu, sólo queda este. El de los dominicos, de 1360, y el de los capuchinos, del siglo xvii, han desaparecido.

El Horno de las Monjas

Unos pasos más allá, en el Horno de las Monjas, podrás comprar las pastas y dulces que elaboran las monjas de la comunidad. Es el fruto del trabajo manual que combinan día a día con la oración. Sus especialidades son las escaldadas, las «piñonadas», los suspiros de Santa Rita o las bolitas de Santa Ana.
También encontrarás chocolates y productos de temporada hechos con ingredientes naturales. Tienen una tienda online donde puedes adquirir estos productos típicos de Sant Mateu.

 

Visitas singulares

Las mazmorras

Si eres de los que le gustan las visitas singulares, la de las mazmorras de Sant Mateu es obligada. Cuando el Ayuntamiento dejó el edificio de la Cort Vella para pasar al de la Cort Nova, aquí, en la calle de la Cort, se hizo la cárcel. El edificio original era del siglo xiii, y el ayuntamiento medieval lo ocupó durante doscientos años.
Se pueden observar los muros gruesos, la bóveda de cañón y los sótanos, donde se encuentran las dos mazmorras.

 

Visitas singulares

Los lavaderos públicos

En Sant Mateu encontrarás dos lavaderos públicos. Son de mediados del siglo xx, o al menos esta es la fecha que se puede ver en la puerta. A continuación del Calvario encontrarás un edificio pintado de rojo y con una fecha, 1944, señalada sobre la puerta. En el exterior tiene un abrevadero de piedra que ocupa todo el fondo del edificio. En el interior verás dos grandes pilas con cubierta. A su alrededor, en la piedra inclinada, las mujeres del pueblo lavaban la ropa cuando todavía no había agua corriente en las casas.
En la otra punta del pueblo, en la confluencia de la calle Historiador Betí y la plaza del Pla de Baix, están los otros lavaderos públicos. Estos, sin embargo, se caracterizan por la estructura redondeada del edificio y de una de las dos pilas.

 

Fue el centro neurálgico del primitivo pueblo de Sant Mateu

La Iglesia de Sant Pere

Esta iglesia, la de Sant Pere, fue el centro neurálgico del primitivo pueblo de Sant Mateu, aunque antes del siglo xviii era un edificio civil. Ahora también lo es. Se pueden ver vestigios de la primera muralla de Sant Mateu.
Al cabo de quinientos años se reconstruyó tanto la fachada como el campanario y el coro, y se decoró según el estilo barroco. También existía un recubrimiento que se eliminó posteriormente para dejar ver la estructura original medieval. Si entras podrás sentarte en un banco y ver los característicos arcos de diafragma y el retablo de piedra de san Pedro y san Pablo.

 

Dónde encontrar estas experiencias

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