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Un paseo por las calles de Canet lo Roig


Canet lo Roig
Las calles medievales y el nuevo pueblo
Se ve claramente qué calles formaban parte del pueblo medieval y cuáles se incorporaron con los años. Lo verás por su anchura y por el pavimento, que se diferencia del nuevo, asfaltado. Además, el laberinto ligeramente ascendente hacia la iglesia de San Miguel y los vestigios del antiguo pueblo te recordarán el pasado de esplendor de Canet lo Roig, que fue uno de los importantes del Maestrat hasta el siglo xix.

Los vestigios de un pasado de esplendor
La parroquia de San Miguel Arcángel
El punto más importante del centro de Canet lo Roig es la parroquia de San Miguel Arcángel, la iglesia-fortaleza herencia de la que se levantó en 1288.
La antigua iglesia románica ha sufrido dos modificaciones: la primera, en 1570, gracias a la familia Montserrat, que la sufragó. La capilla de la Comunión y la cúpula, de diez metros de diámetro, son de la última remodelación, en 1795. Esta última fue reparada en 2001, cuando también se halló la puerta gótica original, junto a la principal. La torre del campanario y la cúpula en forma de media naranja se ven desde lejos.
Un castillo desde el que defenderse del enemigo
La iglesia-fortaleza
La fachada de la iglesia de San Miguel es austera, tanto que parece un castillo. Se adivina el paseo de ronda, en lo alto de la nave única, para observar a los posibles enemigos que asediaban la fortaleza. Desde la plaza España, delante del Ayuntamiento, tendrás suficiente perspectiva para levantar la cabeza y ver el campanario, estrecho y bajo comparado con el volumen de la iglesia.
En la calle de Sant Antoni descubrirás una tercera puerta, de estilo neoclásico, a la que llaman «la puerta falsa», con un pequeño frontón triangular encima. Desde esta calle se pueden observar bien los matacanes, unos salientes de piedra en la parte superior de la fachada desde donde uno se defendía y atacaba al enemigo.
Una iglesia con matacanes y paseo de ronda

Un paseo por Canet lo Roig
La antigua prisión
Gracias a una puerta muy pequeña en lo alto de unos escalones de piedra, en la calle Planet d’Enroig, y un cartel que reza «Depósito de detenidos», descubrimos la antigua cárcel. Dentro, dos calabozos sumían en la oscuridad más absoluta a los prisioneros de Canet lo Roig en la época medieval. Y quizás también más tarde. Justo pasada la puerta, una claraboya deja entrar la luz del sol y podemos vislumbrar las piedras de la sala que lleva a los calabozos.

Un paseo por Canet lo Roig
El Portalet de las Mongetades
Detrás de la iglesia-fortaleza de San Miguel Arcángel encontrarás el Portalet de las Mongetades. Forma parte de lo que había sido la muralla de Canet lo Roig, que cerraba el pueblo viejo del entorno. Parece que ya existía durante la época en la que el pueblo estaba en la frontera entre el territorio musulmán y el cristiano. Si pasas por debajo del arco, te parecerá que entras en un capítulo muy antiguo de la historia.
Se llama «de las Mongetades» porque parece que por la zona había habido un convento de monjas, aunque no se sabe a ciencia cierta.

Un paseo por Canet lo Roig
Palacio de los Capellans y capilla de los Piquer
La familia Montserrat, una de las más nobles de Canet lo Roig en la época medieval, vivía en un palacio muy cerca de la iglesia-fortaleza de San Miguel Arcángel. Del palacio, que también recibe el nombre de palacio de los Capellans y fue construido en 1518, no queda más rastro que la capilla de los Piquer. Piquer, Montserrat y Bayarri son los nombres de las tres familias nobles más preeminentes del pueblo, con comerciantes, clérigos y miembros de la realeza.
La capilla, que también tiene por nombre capilla de los Montserrat, ha perdido su uso religioso. Después de ser utilizada como casa de la abadía, ha realizado varios servicios en el pueblo acogiendo asociaciones.

Los tesoros de alrededor de Canet lo Roig
La ermita del Calvario
En un pequeño montículo justo delante del pueblo de Canet lo Roig encontrarás el Calvario. La ermita, edificada en el siglo xviii, tiene una forma singular, de planta casi cuadrada, y forma parte del barroco valenciano. Su cúpula en forma de media naranja ha sido recientemente restaurada. El estado de deterioro en el que se ha sumido la ermita a lo largo de los siglos no ha logrado derribar el interior.
El pequeño ábside enmarca un retablo de yesería del que se pueden apreciar muchos detalles, al igual que de las columnas. Las ventanas dejan entrar la luz, aunque está cerrada al público porque debe restaurarse. Fuera, los cipreses le dan un aire acogedor, y las vistas de la llanura son espectaculares.

Los tesoros de alrededor de Canet lo Roig
La ermita de Santa Isabel y la casa del ermitaño
Entre los campos muy bien ordenados con olivos y cultivos recién labrados se encuentra la ermita de Santa Isabel. Unos enormes plátanos de paseo hacen sombra en primavera y verano, y unas barbacoas nos invitan a sentarnos a comer.
De origen medieval, está totalmente restaurada. La explanada que la rodea, sin embargo, acoge a la gente del pueblo, que se reúne para hacer romerías y celebraciones. Son curiosos los gruesos contrafuertes que soportan la edificación, de poca altura. La casa del ermitaño comparte pared con la ermita.
Al final del área de picnic lateral, ideal para leer un rato e ir sintiendo el rumor de las hojas sobre la cabeza, hay una pequeña noria junto al barranco de Les Planes.

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